El cuerpo guarda memorias. Ya sea por el trabajo sedentario, la actividad intensa o la falta de descanso, es común que se acumulen tensiones que no siempre notamos hasta que el cuerpo lo expresa. Dolencias recurrentes, sensación de pesadez, rigidez al final del día: todo esto puede ser señal de un cuerpo que pide atención.
Algunas estrategias efectivas para acompañarlo:
- Practicar estiramientos suaves o ejercicios de movilidad articular.
- Tomarse pausas activas durante el día.
- Usar productos tópicos con ingredientes naturales que refresquen y reconforten la piel, como el alcanfor, la árnica o el CBD.
- Generar un ambiente de relajación antes de dormir.
Abordar la tensión desde lo natural no significa evitar el dolor, sino acompañarlo con herramientas que respetan el cuerpo y promueven el bienestar desde adentro hacia afuera.